Para ver la realidad solo hay que abrir los ojos

Para ver la realidad solo hay que abrir los ojos

por Jonathan Becedas

Delante de la vida
en el lugar equivocado,
en el momento inexacto:
una luz en la oscuridad
de mis pensamientos,
un escalofrío dulce,
un latido en la nuca.

El jugo de la manzana
corre por mi barbilla,
porque me he atrevido,
y ahora veo la verdad:
todo está mal
y no al revés,
como me hicieron ver.

Descubrí el secreto,
abrí la trampilla,
me picó la serpiente,
respiré bajo el agua
y vi en la oscuridad:
detrás del miedo
estaba la vida.

Pero todo estaba ahí:
justo en frente
para que no se viera
con los ojos cerrados,
pues para ver la realidad
sólo hay que abrir los ojos.